domingo, 23 de noviembre de 2008

ANTICARTA #9871



En la ciudad una darbuka surge desde lo hondo de un laberinto mientras una tal ............. llora por su Ulises ese que no es café ni rosa simplemente se deletrea delante de esos que llaman ojos
y yo veo agujeros
LA VERDAD DEL MUNDO ESTÁ AU-SEN-TE, decía Lévinas.
Mientras el yo como cabellera enuncia a una noche de esquirlas de un fondo clareo de mi mano
Atrás de estos huesos busco como nube un pensamiento un racimo de ojos a lo Paz a lo Ungaretti a lo Cavafis
¡Qué sé yo!
que se esparce entre rumores y marasmos llorosos de lluvia (entonces respira y piensa) “A veces lo veo sentado en esa banca detrás de un pequeña brea y lo he llamado felicidad En la miríada de sus ojos palpito como mar Lo lamento no sé como buscarlo busco debajo de la
P A L A B R A
¿Desde dónde empieza la palabra? Cuando empiezo por sentir el espacio figurado de una frase cuando leo poesía”
Sentada en esta orilla
se sostiene
un ardor en la punta de la lengua
Palabras parvularias filosofía dicen...
evocan inconexos
silencios económicos
Y el lenguaje se vuelve un presupuesto
y la mirada sólo es mirada
y la lengua sólo es eso la lengua
¿Y el ardor?
¿Y cuando tu mirada se vuelve caligrafía?
Hay ardores que no son políticos
y todo se vuelve infinito
mientras callas y miras el suelo
y ..... no sólo es un nombre
sino un
GRITO

1 comentario:

Príncipe de los gatos dijo...

no entendí que tiene que ver tu poema oriental con mi poema pero está chido, gracias

bye