viernes, 13 de marzo de 2009

anticarta #982





Últimamente estoy leyendo la biblia y la Torá

es todo un chismerío leerlos tanto en historia como en la recolección

de palabras que se hilan y tejen palabras en común.




Jacob salió de Bersêba y fue a Jarán. Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles subían y bajaban por ella. Y vio que Yehovah estaba sobre ella, y que le dijo: ´Yo soy Yehovah, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra, y por tu descendencia. Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.´
Despertó Jacob de su sueño y dijo:´(Así, pues, está Yehovah en este lugar y yo no lo sabía!´. Y, asustado, dijo: ´(Qué temible es este lugar!(Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!´. Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz".(Génesis 28, 10-19)

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