jueves, 27 de mayo de 2010

ANTICARTAS #23

Al finalizar el curso, les leí


EL MAESTRO SUFI

El Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma...

- Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...

- Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.

- Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo- Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?

- Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo.- ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?..

.- Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro..

.- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte...- Permíteme que te lo mastique antes de dártelo...

- No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo.

El maestro hizo una pausa y dijo:- Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada

1 comentario:

Lunaica dijo...

ja ja todo esto me es muy familiar! qué haces cuando te dicen sí, por favor mastíquelo
Saludos