MESA NÚMERO 12
Mesa número uno del lado izquierdo del escenario, una mujer de cuarenta años que fue sola a un concierto de la Big Band en pleno martes cerca de marina nacional e inventa los personajes de su próximo cuento y la única que parece no estar allí, imagina que Ella Fitgerald fuma el último par de cigarrillos del mundo y al mismo tiempo en el otro lado de la ciudad un detective había salido corriendo de aquel hotel persiguiendo a los enanos que vendían orquídeas para ganar dinero y dárselo a un grupo de rock gótico argentino que se llamaba montoneros y que tenía una galería de cuadros hiperrealistas en cuyo sótano hay un hombre viejo peruano que había exiliado antes de que las guerrillas del sendero luminoso lo hubieran atrapado por ser sindicalista y que por cierto se llama Ernesto que fabricaba juguetes para un hombre del que aún desconocemos su nombre.
Justo en la mesa número dos, otra mujer de 35 años igual fue sola al concierto de la Big Band pide vino tinto y el mesero se lo trae cinco minutos con una carta que ella lee como si fuera pecado leer lo ajeno pero también no leer aquello que el mesero había dejado por olvido en la mesa.
18 de marzo del 2001
Luisa ¿Qué lenguaje quieres tener conmigo?
En la vida casi nunca suceden cosas. Las pocas que suceden casi siempre tienen que ver con las parejas que tenemos. Me refiero a las cosas verdaderamente trascendentales. Te siento sin miedo a nada. Viviendo, como siempre lo has hecho patente, en la oscuridad plácida de tu propia opción: viviendo en el claroscuro de una iluminación indirecta. Te veo casi siempre viviendo de noche. Quizá como san Juan ( sin preguntarte cosas) amando una idea o una convicción cada noche, sola tú y tu objeto de amor: Dios, una idea, una convicción, algo que no tiene nombre, algo que se prefigura cada noche en la oscuridad de tu habitación.
Me doy cuenta de que mi nombre propio en tu vida es meramente circunstancial. Tus respuestas me lo dicen. Sin embargo hay una imagen tuya que aprecio sobre mí: mirarme una lágrima en el ojo izquierdo. Pensé en una metáfora, pensé en la teoría de la simetría antropométrica del rostro. Pensé en un tercer ojo tuyo. Todo eso que pensé sé que es verdad y que tú también lo pensaste. Estoy seguro de eso. ¿Significa algo? Veámonos el jueves. Este jueves, si quieres.
Y la mujer comienza a llorar y guarda la carta en el interior de su falda.
En la mesa número 11 el mesero también ha dejado una carta junto con una orden de quesos a argentina que ha vivido en México por 22 años desde los 15 años y justo esa noche ha terminado con Manuel he ido sola al concierto.
29 de abril del 2002
No siempre se puede estar en condiciones de pagarse uno su propio espacio. Me da gusto que ahora puedas. Eso me hace suponer que hoy no es así. Que vives con alguien más. Aunque la verdad, yo no sé si vivir sólo es bueno, ni siquiera sé si eso es importante. A veces, yo hecho de menos los días de mi infancia, días en los que vivía con mis padres. Días cuando me cuidaban todo: la salud, la alimentación, mi llegada, mi salida, todo. Días en los que mi cama por las noches olía a mi infancia. Días y noches.
Mi número es 04455 18767385. De entrada te digo quiero verte el sábado. Soy una persona un poco despistada. Independientemente de que no puedas el día sábado, me gustaría que un día entre semana nos encontremos en algún lugar. A veces creo que los fines de semana se convierten en los lugares comunes de nuestra vida, en cambio quedar un miércoles, un jueves o el mismísimo lunes por la tarde o por la noche me parece un giro inesperado como original en nuestras vidas cotidianas. Me da la sensación de que el tiempo dedicado a un café en un día martes es, por así decirlo, productivo, verdaderamente productivo. Como si por el sólo hecho de verse entre semana, estuviéramos obligados a ser más concretos, más productivos, más interesados en el otro. Tengo la idea de que dejar para el fin de semana a nuestra vida social es como relegarla al cuarto de las herramientas. Aunque claro, no en todas las circunstancias se da esto, claro está. Éstas son simplemente ideas personales, flashazos mentales míos. Y de ninguna forma quiero decir que no me guste la idea de verte en fin de semana. Es lógico suponer que si sales de trabajar a las diez de la noche durante la semana, por decir algo, es casi un sacrificio verse con alguien a esas horas. Te entiendo. Solamente quise comentarte parte de mis ideas.
Y al terminar la canción, ella termina de leer la carta y fuma el tercer cigarrillo de la noche al tiempo que guarda la carta en el fondo de su bolsa.
En la mesa del rincón la número 7 una mujer de unos 24 años con los últimos ahorros del mes, fue sola para celebrar que por fin la corrieron de la central de autobuses, a ella le molestaba vender boletos a lugares a los cuales no va.
Pide una cerveza, esta vez el mesero le mira a los ojos y le da en las manos una carta, ella tácitamente la toma como si fuera lo más natural del mundo y la comienza a leer.
15 de mayo del 2003
Recomiendo tirar esos libros a la basura, o mejor, destruirlos a la primera oportunidad con fuego y, acto seguido, abrir un libro de Poe y, de rodillas, pedir perdón por semejante falta de respeto a la República de los Grandes. Por faltar a los Grandes de las Letras. Sí, desde luego que Volpi es un producto, una vil trampa del mundo de las relaciones institucionales de la "cultura mexicana" y de las modas literarias. Escritores de la más baja ralea. Productos de la industria del dinero y de las "últimas tendencias europeas". Como lo fue en muchos momentos el propio Carlos Fuentes. Hay que volver a los grandes.
De hoy día, me atrevo a sugerirte la lectura de Roberto Bolaño. Me parece el mejor escritor de los últimos treinta años. Aun cuando con esta declaración, aparentemente, aventurada, me lleve entre las patas algunos muy buenos escritores como Rubén Fonseca, el brasileño. Pero bueno, de la generación de los que ahora están en los cincuenta años, Bolaño es el más grande, creo yo. Lástima que haya muerto hace un par de años. Sin embargo, me parece que no hay un escritor mejor que Bolaño hoy día. Me atrevo a reiterarlo, no hay un mejor escritor en lengua española hoy día que Bolaño. No olvido a Enrique Vila-Matas, el español, desde luego que no. Pero en precisión, Vila-Matas no es de la generación de Bolaño. En fin, la novela en cuestión que me atrevo a sugerirte se llama Los detectives salvajes, o puedes leer también algo de sus cuentos como son los libros de narraciones cortas: El gaucho insufrible o Putas asesinas. Si, por otro lado, quisieras conocer su poesía está el poemario Tres, y también El último salvaje. A mí, Roberto Bolaño me devolvió el gusto por la literatura, creo que desde Las uvas de la ira de John Steinbeck, que leí hace casi doce años, no había leído nada mejor. Durante todos esos años me dediqué a releer a mis autores favoritos o leí algunas obras clásicas, leí poesía, también y algunas cosas nuevas, entre ellas, (oh perdón), toda la basura del Crack. Sin embargo, un día, hace aproximadamente tres años un amigo que ahora vive fuera del país me dio a conocer a Bolaño. Leí de él, un cuento que viene en Putas asesinas que se llama El Ojo Silva, y entonces lo descubrí, a partir de ese momento me dediqué a comprar todo lo que había escrito. Poco a poco leí sus novelas, disfrutándolas, entendiendo, profundizando en sus ideas, leí su poesía, me encantó.
Dos días antes de morir, Bolaño entregó en propia mano su última novela: 2666 a su editor en Barcelona. Acabo de terminar su lectura. Es una obra monumental de más de mil páginas donde Bolaño pretende una "novela total". Ya tendremos oportunidad de hablar sobre ésta.
Me parece bien que nos veamos este sábado. Voy a nadar por la mañana, si te parece podemos coincidir a partir de las tres de la tarde en algún lugar cercano para los dos. Me viene bien la Zona Rosa, Reforma, Insurgentes. Mi número es: 044 22 99 22 87.
Termina el concierto, se pagan las cuentas, la gente sale pide sus autos y se marchan sin comentar nada, las cartas han sido guardadas en alguna prenda o en algún bolsillo, la noche se apaga y alguien apaga el televisor después de odiar su vida y su trabajo.
1 comentario:
Ahora...por ahora....solamente un saludo de blog a blog y un agradecimiento por la oportunidad de continuar leyèndote por otros lares. Te dejo este poema mientras tanto:
La primavera pasa;
lloran las aves
y son lágrimas los ojos de los peces.
(BASHO)
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